lunes, 24 de mayo de 2010

ASALARIADOS

Derrochadores del sudor
...
Tomémonos el trabajo de perder la sal en la frente
o que un ruido sufrimiento nos incline la carne
a no tolerar su brotación,
por estas glándulas de ardor y mineral
que cosen el cuerpo para la ruptura,
a no desperdiciarla
sobre la pala, el martillo o el motor,
por ganar de otra agria y viciosa sal.

Sal que te destruye el hombre trabajarle al hombre
la pierdes en su líquido árbol de sudor
y las monedas no le sirven a tu sangre
para contener el agua ni amasar las células
a la piel no le sirve
a la lengua no le sirve.
Dignidad es esa cárcel
que nacimos construyendo
asalariados
asalariados
y se incendia con la fuga.


Dancizo Toro
RECUSACIONES, 2009